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La dolce vita o el arte de la discreción.


Muy a menudo escucho a la gente decir “me gustaría volver a ser niño, o vivir tal época de mi vida de nuevo” ese no es mi caso. Yo prefiero estar aquí y ahora, aunque mi signo sea Cáncer (A la gente que nació bajo el signo de cáncer le gusta revivir el pasado una y otra vez). Solo tengo flashes de mi niñez, recuerdo estar en el coche cuando solo era una bebita al lado de la piscina en el círculo militar de mi ciudad de nacimiento Caracas, pensando “calor y yo tan vestida”.Veía las caras de las personas que me miraban y decían “que bella la niña”. Realmente era una hermosa bebita con cabellos rubios que caían en bucles, un poco cachetona, con ojos dulces color miel. Como mi abuelo era militar íbamos los fines de semana al club a disfrutar de las instalaciones ademas de celebrar allí los bautizos, cumpleaños y demás fiestas familiares. Toda la atención de mis padres se había volcado en mi, tal vez por ser la primera hija o por haber sido muy enfermiza en los primeros meses de mi vida. Mi madre dice que fue un milagro de la virgen del Carmen que yo viviera porque de muy pequeña tuve una enfermedad que los médicos tardaron en detectar y casi no comía. Mami siempre ha sido devota de la virgen del Carmen y le hizo una promesa para que yo me sanara y cuando sucedió me bautizo con los nombres en honor a la virgen, así pues, mi nombre es Milagro del Carmen. Se pueden imaginar tremendo nombre en una criaturita tan pequeña, pero realmente día tras día me convenzo que la vida es tan espectacular que los nombres definitivamente nos definen ya que muchos Milagros han ocurrido en mi vida, pero eso se los contare a medida que avancemos la historia. El siguiente recuerdo que tengo de mi infancia es el de estar sentada en los columpios del kínder la Trinidad donde aprendí a leer mirando las clases de los más avanzados. En el recreo a menudo me conseguía con un niño que siempre me quería impulsar el columpio y yo me iba cuando él llegaba. Estos fueron los primeros encuentros de enamoramiento o algo por el estilo que recuerdo, pero mi timidez me impulsaba a alejarme de esas situaciones. Cuando alguna de mis amiguitas me decía que había un niño que gustaba de mi, yo decía: Guacala! y daba la media vuelta bien lejos del susodicho. Esa escuela quedaba bien cerca de mi casa, en la misma urbanización y las maestras nos daban ademas de las clases mucho amor así que a la mayoría nos encantaba ir al kinder. Los salones estaban divididos por medias paredes, de forma que desde mi mesita podia ver lo que pasaba en el salon que estaba al lado. Así cuando me aburría de jugar con plastilina o colorear en los cuadernos de dibujo, ponía atención a la clase que daba la otra maestra en un grado mas avanzado. Por cierto, cuando mi maestra se dio cuenta de que yo escribía y sabia las letras sin que nadie me las hubiera enseñado, aviso enseguida a mis padres y por supuesto se lo contaron a todos los conocidos y me declararon MUY INTELIGENTE lo que puede ser un poco incómodo ya que a partir de ese momento se esperó mucho más compromiso y perfección que el del resto de los mortales. Desde ese momento recuerdo haber sido la mayor parte del tiempo Autodidacta. Ahora que lo pienso bebí ser más discreta y colocar mis letras debajo del dibujo en el salón de clases y guardar mis aprendizajes solo para mi persona por el momento pues el titulo de MUY INTELIGENTE implica excelentes notas y mucha dedicación. Lo que si estuvo claro para mi siempre fue que me encantaba aprender cosas nuevas, condición que actualmente mantengo.

Muchas veces veo con asombro como la gente deja pasar la oportunidad de aprender. El conformismo me parece una forma lenta de morir intelectualmente, llevando mas tarde al individuo a dejar de aspirar mejoras en su vida y por ultimo desear que la vida se termine. Yo pretendo seguir aprendiendo por el resto de mi vida, (no me refiero a aprender en la Universidad, ya esa etapa la pasé), así no estaré aburrida, y seguiré viendo esta encarnación como la mejor aventura!

En mi próxima entrega les contare mas sobre mi niñez, las nuevas andanzas y lecciones. Gracias por el reflejo.


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