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El Espíritu de la Navidad

Desde hace más de 30 años Celebramos en mi familia junto a los amigos la llegada del espíritu de la navidad. Por lo general se celebra el 21 o el 22 de diciembre coincidiendo con el solsticio de invierno. Este año 2018 el solsticio de invierno se produce el 21a las 22:23 pm en el hemisferio norte y el «solsticio de verano» en el hemisferio sur. Ese día el sol alcanza su menor altura en el hemisferio norte, provocando que la noche se hace más larga, y la mayor altura en el hemisferio sur, haciendo que la noche dure menos.

Usualmente nos reunimos para conectar nuestras energías con el planeta y los corazones de los seres de buena voluntad mediante una meditación seguido de un ritual que nos conecta con la abundancia.

El espíritu de la navidad en la actualidad es más bien visto como una energía que viene desde el centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir: paz, amor, armonía, alegría y abundancia preparando el escenario para la celebración del nacimiento del niño Jesús.

Historia de la tradición

Según la leyenda, hace más o menos 80.000 años, llego un ser de una galaxia lejana, a la zona escandinava, y se dedicó a ayudar a las personas que conseguía a su paso, impartiendo conocimientos, regalos y bendiciones en un momento en el que la sociedad estaba descompuesta y deprimida. Algunos dicen que su presencia era angelical y que donde iba contagiaba al prójimo con su amor y generosidad.

Para mí y mi familia es un día muy especial en el que sentimos una energía hermosa que nos une desde el amor, en víspera de la celebración de la llegada del maestro Jesús al planeta. Ese día lo aprovechamos para bendecir al prójimo, a la madre tierra, los alimentos, además de hacer nuestras peticiones personales.

Para esta celebración usualmente nos preparamos arreglando muy bien la casa, sacando lo que no usamos o está roto y dañado. De esa manera armonizamos nuestro hogar y nuestra mente para estar en armonía con el universo.

El Ritual

Preparamos una mesa con alimentos, frutas, postres y vino, adornando con velas doradas o de colores naranja o amarillo.

Las flores y adornos de navidad no pueden faltar, incienso de mandarina, limón y sándalo.

Con esencias limpiamos nuestra aura y respiramos profundamente para calmar nuestra mente y fluir con el ritual. Entonces realizamos una corta meditación que yo guio para unirnos mental y emocionalmente con el mismo objetivo de logar Paz, armonía y Abundancia en nuestras vidas.

Acto seguido, tomamos papel y lápiz para escribir nuestras peticiones comenzando por agradecer todo lo que tenemos aquí y ahora.

Pedimos por la salvación global y desarrollo armónico del planeta, así como los deseos de Paz, amor, salud y prosperidad para todos.

Luego escribimos las peticiones personales.

Al terminar, pasamos las cartas por el incienso, las esencias y las guardamos hasta el siguiente año. Si tenemos las del año pasado, las sacamos y quemamos dando gracias por lo que se cumplió.

Dejamos que las velas se quemen totalmente, mientras celebramos con vino y consumimos los alimentos.

Colores que puedes utilizar el 21 de Diciembre

Dorado: realzará y llamará a conectarse con las altas vibraciones. El color dorado llena los espacios de luz divina, úsalo en velas, manteles, adornos, accesorio, vestimenta.

Plateado: La vibración de lo celestial, la presencia de ángeles y arcángeles, el vernos irradiados con las buenas intenciones, con el cielo y la bondad.

Rojo: Vitalidad, acción, conexión y pasión por la vida, amor, activación, dar el primer paso para que se den mis deseos.

Naranja: fluidez, caminos abiertos, frutos que se recogen de una buena cosecha, honra a lo que soy, gestar y dar a luz buenos proyectos, alegría, diversión.

Amarillo: Poder, decisión, felicidad, nos conecta con la luz del sol y las ganas de vivir, el color amarillo te invita a decir yo sí puedo. Esto se me va a dar, porque me lo merezco. Caliento mi vida con el amor, el cariño y el abrazo del sol.

Verde: sano todas mis heridas, me conecto con la sanación de mi cuerpo y mi alma. También bendigo mi prosperidad a través de la fe y la esperanza.

Recibamos al espíritu de la navidad con alegría, esperanza y fe, sobre todo con agradecimiento por las experiencias del pasado que nos han llenado de sabiduría.

Dios los bendiga a todos.

Milagro Arriaga


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