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El Arte de la discreción.


Debemos cultivar el Arte de la Discreción.

En mi casa mi madre fue quien llevo la batuta comandante en lo que se refiere a crianza y manejo de la vida de cada habitante del hogar, y mi padre, un hombre muy guapo y simpático, con el corazón más noble que he conocido, siempre con muy buen humor, se encargó de proveer los medios económicos y dar a manos llenas amor a todos. Los caracteres de ambos son muy diferentes, mi padre es un Acuariano ascendente Pisis, con ideas vanguardistas, súper espiritual, pero desde la espiritualidad que lleva a estudiar y pensar en el Alma como un ente Libre y Universal, asiduo lector de libros de metafísica, creyente de la auto superación personal y prueba de ello. Muy romántico, cariñoso y esposo fiel. Todas mis amigas del colegio decían que era bello y yo vivía enamorada de mi papi. Mi madre por su parte Nacida bajo el signo de Leo y ascendente Leo, se pueden imaginar un león al cuadrado, Justiciera, demandante, muy bella con un cabello rubio abundante, bien educada, vestía como una reina cuando iba a las fiestas y mandaba como un general cuando estaba en casa. Creyente religiosa católica hasta las entrañas, rezandera sin fin, vidente de la virgen en múltiples ocasiones, la cual siempre le daba mensajes pidiéndole rezar el rosario por diferentes razones. De vez en cuando tenía sueños premonitorios los cuales nos contaba y cuando se hacían realidad lo comentábamos asombrados.

Fuimos cuatro hermanos, yo fui la Mayor, un año después nació Orlando convirtiéndose en el preferido de mi madre, tal vez por que demandaba mucha atención y si no se la daban lloraba, luego Flor, una hermosa niña rubia que solo quería jugar con los varones, un tanto rebelde, y por último Cesar, el único que nació con el cabello negro y mucho bello en el cuerpo, parecía un osito, con una carita hermosa, al cual adopté como mi bebe y jugaba con el como si fuera un muñeco. Desde niña sabía que me casaría, sería madre de cuatro hijos y quería ser médico para sanar a los bebes. De adulta me case tuve mis cuatro hijos, pero una mala decisión tomada desde el miedo desvió mi vocación hacia la arquitectura, aunque más adelante la retome haciéndome Master Karuna Reiki (Los pormenores del caso los relato más adelante).

Todos veíamos cosas que los adultos no veían como hadas, espíritus de personas, sombras oscuras y Ángeles, pero no lo contábamos a nadie ni siquiera lo comentábamos entre nosotros, tal vez por temor a darle más fuerza a lo que veíamos o a que mi madre nos regañara por contar cosas que para el común de las personas en esa época no existían. En esos días tuve las primeras lecciones de prudencia.

Nos encantaba jugar a los cuatro juntos, corríamos por la casa descalzos, cosa que estaba prohibido ya que mi madre decía que se nos meterían los gérmenes y bacterias por los pies, y recuerdo un día que tropezamos con una hermosa mesa de vidrio Art deco que había en la sala y se rompió en mil pedazos. Nos dieron la paliza del siglo a los cuatro, aunque el menos castigado como siempre fue Orlando pues su estrategia para evadir los castigos era muy buena, comenzaba a llorar a todo gañote antes de que lo castigaran y entonces mis padres pensaban ya aprendió, está muy afligido, no le demos tanto palo como a los otros porque ya escarmentó, y cuando llegábamos todos a nuestra habitación rompía en carcajadas mientras los demás llorábamos amargamente. ¡Tremenda estrategia!

Y es que todo en la vida se logra a partir de una estrategia. Los sueños, las metas, los viajes, la publicidad, la comunicación, todo depende de un proceso consciente o inconsciente que resulta mejor si planeamos una estrategia.

Si no hemos logrado algo en nuestra vida es porque el método que hemos usado no sirve, no esta completo o estamos enfocando la estrategia de una forma equivocada. Una vez que damos con el punto exacto a donde queremos llegar, tenemos que planear una estrategia. Sin ella vamos por la vida dando tumbos. Si estas leyendo este párrafo, tal vez sea tu momento de replantearte la estrategia. Siempre es tiempo para mejorar. Si yo puedo hacerlo, tu también puedes.

Y si necesitas ayuda, aquí estoy! Exitos!


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